
Yo quien ha muerto tantas veces
veo hoy con más luz esta noche eterna,
pues por mis ríos la sangre aumenta y
golpea con firmeza mi azuloso corazón,
le retorna el movimiento olvidado por
la inanición.
Ha de ser la marca eterna que me ha
hecho diferente, indiferente por tanto
y prisionera por tan poco. Es por la
muerte que guardo aún mis esperanzas
de vivir y de ver nuevamente la luz de mi
tan odiado sol.
Si bien me han desterrado soy la dueña
de toda la eternidad, la oscuridad es mía
y se torna hoy más que ayer, un profundo
y catatónico hogar. En mis muertes
yo gobierno sólo con ansia de retornar,
de tornarle a mi noche la luz de una
luna celestial.
Y en esta noche algo nuevo, esperanza,
de poder seguir viviendo a través de mis
infinitas muertes y de las cosas que con
ellas me llevo a la eternidad.
veo hoy con más luz esta noche eterna,
pues por mis ríos la sangre aumenta y
golpea con firmeza mi azuloso corazón,
le retorna el movimiento olvidado por
la inanición.
Ha de ser la marca eterna que me ha
hecho diferente, indiferente por tanto
y prisionera por tan poco. Es por la
muerte que guardo aún mis esperanzas
de vivir y de ver nuevamente la luz de mi
tan odiado sol.
Si bien me han desterrado soy la dueña
de toda la eternidad, la oscuridad es mía
y se torna hoy más que ayer, un profundo
y catatónico hogar. En mis muertes
yo gobierno sólo con ansia de retornar,
de tornarle a mi noche la luz de una
luna celestial.
Y en esta noche algo nuevo, esperanza,
de poder seguir viviendo a través de mis
infinitas muertes y de las cosas que con
ellas me llevo a la eternidad.
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