Últimamente siento que el mar
quiere desbordarse por mis ojos,
que cada cierto tiempo las olas golpean
las comisuras.
Y entonces mis ojos se pierden en el infinito,
y es como si verdaderamente
miraran bajo el agua.
Porque siento que apenas me contengo,
y por el contrario no soy capaz de desmoronarme.
Me sostengo sólo por el vaivén de las olas,
mientras por dentro el mar se encuentra embravecido.
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