Réquiem

Quién seas tú, y por lo que sea que me estás persiguiendo, te pido te apartes, que alejes tu camino de este cuerpo, esta mente, este hogar y sobre todo esta vida inocente que nada ha hecho en contra de ti, que ni siquiera ha solicitado tu presencia, y que está hoy cautiva bajo tu influencia.

Liberala de los eslabones de tu tortura y retorna por fin al averno oscuro de donde te has liberado. 

Vuelve tu rostro a las tinieblas, y quédate por siempre sepultado allí.

Cuarta Escarcha

Recordar es olvidar que es imposible mantener en mente 

aquello cuanto hemos tenido, amado y ha perecido a la intemperie. 

Que es absurdo hacer patente y eterno aquello 

que de modo incorpóreo se mantiene suspendido en la intangibilidad. 

Tercera escarcha

Luz de eterna pureza hoy te veo iluminar esta oscura cuidad. te observo desde mi averno.
Desde los destellos irreales de esta cuidad.

Mientras iluminas desde las alturas y me tocas la punta de los dedos; pérdida en la cuidad. 

Día de hospital

Me siento tan ninguneada. Tratando de cumplir expectativas que no son mías y que no logro alcanzar.

... el desgano me destruye y me hace ver que tratar siempre duele y siempre cuesta, y que las expectativas siempre son de otros que te han de presionar.

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reflexión en solitario en un box de hospital

Segunda escarcha

Destrozate, intenta con tu vida mejorar eso que es lo único que lograrás tocar.

A quién le cuentas algo si no cuentas con nadie...
Se lo susurras con ternura al silencio y esperas que logre escucharte.

En la fría bruma de esa mañana caminando junto al río, lo único que encontré de ti fue esta hoja aún tibia flotando sobre las gélidas aguas.... tu cuerpo ya se había marchado rumbo al mar....

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Pensar que esto ni siquiera es una pelea
es un ignorarse de modo pasivo y agresivo,
dejando que el otro piense y se sienta mal
por su propio mérito.
Cómo nos hemos tornado esto,
en verdad ya no lo sé,
lo que sí que es seguro es
que tú crees que esto es mi culpa,
y en tanto yo me disfrazo y me ignoro
y al mundo,
hasta llegar a creer que de verdad todo esto es mi culpa,
y aunque yo sepa que no es tal,
o no de tal modo,
igualmente me siento mal y me abandono
(tal como tú lo haces)
a pensamientos pueriles e incluso retorno
a mis fantasías de ternuras y añoranzas oxidadas,
donde no éramos futuro, donde yo bailaba en la oscuridad.
Patético y apático, pero más que otra cosa
frío e indiferente
así es el cielo hoy, y en verdad ya no sé si
quiero que cambie.
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Pobre chica....