18 de mayo de 2010

•Un Deseo nada màs•


Yo quien ha muerto tantas veces
veo hoy con más luz esta noche eterna,
pues por mis ríos la sangre aumenta y
golpea con firmeza mi azuloso corazón,
le retorna el movimiento olvidado por
la inanición.
Ha de ser la marca eterna que me ha
hecho diferente, indiferente por tanto
y prisionera por tan poco. Es por la
muerte que guardo aún mis esperanzas
de vivir y de ver nuevamente la luz de mi
tan odiado sol.
Si bien me han desterrado soy la dueña
de toda la eternidad, la oscuridad es mía
y se torna hoy más que ayer, un profundo
y catatónico hogar. En mis muertes
yo gobierno sólo con ansia de retornar,
de tornarle a mi noche la luz de una
luna celestial.
Y en esta noche algo nuevo, esperanza,
de poder seguir viviendo a través de mis
infinitas muertes y de las cosas que con
ellas me llevo a la eternidad.

13 de mayo de 2010

•Cuan dificil•


Cuan difícil es reconocerse entre todos, lo es aún más si se ha de reconocer un error, una falla, un estado que jamás se pensó cambiar.
Me veo desde fuera, por vez primera, y reconozco que soy imperfecta, que tal vez nunca pueda volar. Caigo de rodillas de ver cuanto he dañado en mi paso por este oscuro transitar; al verte por mi herido y saber que ya no me escuchas más... peor aún saber y reconocer que simplemente ya no puedo decir nada, mis susurros se han apagado en el tiempo, yo misma los apagué. Ahora mi garganta sólo es una empuñadura seca remecida por el frío de la cual ya nada se escuchará. Entonces me retraigo, me acurruco sobre mi misma para no volverte a dañar.
Sólo no me mires, ni me oigas al pasar; quizás tan sólo con verme te pueda matar.
Perdona la vida y las manos que en algún punto te quisieron acariciar, han mostrado su verdadero valor, su verdadera realidad: no saben ni pueden no dañar. Y para nada se excusan sólo, por vez primera asumen su verdad.