:::Soñó... :::

Abrió los ojos desconcertado, casi de golpe se levantó
mirando a todas partes, tratando de recordar el
por qué estaba tirado allí solo, inmerso en la oscuridad.
Comenzó a moverse y al hacerlo notó que estaba
en cerrado en una gran habitación, no veía mucho
en aquel lugar, pero aun así pudo encontrar
lo que parecía una puerta. La golpeó y azotó
tanto y con tanta fuerza que en poco tiempo
la abrió.
Una vez afuera vió la luna llena, ello lo confundió,
pues nada podía recordar, ni dónde estaba,
ni cuánto tiempo llevaba allí, ni siquiera quíen era.
Confundido y asustado comenzó a correr,
necesitaba encontrar algo que le diera una
respuesta a tanta inestabilidad. Corría por
entre los árboles cuando algo le comenzó
a inquietar, ya no se sentía sólo, alguien lo
comenzaba a observar. Era una sensación
fría e incómoda que se apoderaba lentamente
de todo su ser, no podía verlo pero estaba
seguro que algo más había allí, a su lado,
en todas partes, como una pesada sombra
de hierro que se posaba sobre él.
Entonces corrió más, sin pensar en detenerse,
lo hizo con toda su fuerza, sintiendo que
no podía escapar, que a donde fuera
aquella sombra le seguiría e incluso que
aquel peso lo iba a asfixiar. Por ello no se
detuvo, en cambio corríó más y mientras
lo hacía sentía que su cuerpo podía flotar,
sin roce, sólo existía la ingravidad.
Mas en un segundo tal mágica ilusión se
rompió, su carne maltrecha al suelo se
precipitó, y así tendido en el suelo inerte,
agobiado se despertó.